Ayer os comentábamos las primeras impresiones del BMW X1; ahora continuamos con la prueba dinámica y el veredicto final. Tras pulsar el botón Start-Stop, de serie en toda la gama, el motor de 204 CV empieza a ronronear. Lo primero que me llama la atención es que el motor transmite demasiado ruido al interior del habitáculo. Empezamos a circular, subiendo el ritmo progresivamente mientras el motor se calienta en esta fría tarde de diciembre.
El motor empuja con ganas desde bajas revoluciones – el retardo a la entrada de los turbos es imperceptible – y el coche muestra un aplomo digno de mencionar, no pierde la compostura pese a que entremos algo fuerte en curva, y cuando pisamos una placa de hielo – deberíamos estar circulando con cadenas – la tracción total reparte adecuadamente la potencia y el vehículo sólo se insinúa.
La dirección tiene buen tacto, el típico de un BMW – no obstante puede resultar un poco pesada -. El X1 se muestra como un vehículo confortable, y aunque seguimos oyendo el ruido que penetra del motor, no sentimos la rodadura del neumático, y la suspensión nos parece que está configurada adecuadamente.
El vehículo muestra un comportamiento más semejante a un compacto (a un Serie 1) que a un todo camino como el X3. Cuando le exigimos al coche, exprime a fondo los 400 Nm rodando rápido y con confianza. En las curvas se muestra preciso y con ligereza, con un balanceo despreciable debido a su altura de sólo 1.54 metros, guardando las formas y manteniéndose impoluto en cada instante que pasa. Los datos oficiales indican que hace el 0-100 en sólo 7.3 segundos, cosa que creo pero que no aparenta.
La tracción total es todo un lujo, y te puede evitar algún susto, especialmente en estas fechas donde hay temporales con nieve. En condiciones normales, reparte un 40 y 60% de la tracción delante y detrás respectivamente, pero puede variarla hasta un 100% en uno de los ejes si hay condiciones adversas. Los frenos son sólo suficientes, y actúan con poca potencia al comienzo de la frenada. Monta unos discos ventilados de 330mm delante y detrás, se fatigarán si se usan sin piedad.
Al cabo de unas horas de conducción, todo empieza a cobrar sentido: con este coche han pretendido construir un vehículo donde prime la comodidad, con buena estabilidad y que se mueva por estas carreteras perdidas de la mano de Dios con mucha alegría. Además, la caja de cambios automática ofrece una buena dinámica al poder cambiar manualmente sólo con mover la palanca arriba y abajo.
El BMW X1 cuenta con Efficient Dinamics que incorpora una aerodinámica optimizada, un sistema de regeneración de la energía de frenado, servodirección eléctrica, bomba eléctrica de combustible y compresor desacoplable del climatizador. El resultado de todas estas medidas, hacen que los consumos homologados no resulten excesivos; BMW dice que es de 6.3l/100km; y las emisiones de CO2 son de 167g/km, que no está mal pero que no solucionará el problema del cambio climático.
En cuanto a la seguridad, ha obtenido recientemente cinco estrellas EuroNCAP, por su robusta carrocería, ofreciendo además buena protección a los peatones. También lleva un sistema de aviso de pinchazos que actúa cuando nota la pérdida de presión en alguna de las ruedas.
Al final de la tarde, cuando volvimos a devolver el vehículo, nos invitaron a que pasásemos por la plaza de Pradollano, donde habían montado unas pequeñas estructuras en las que pudimos comprobar la capacidad para ascender pendientes, el correcto funcionamiento del asistente al descenso de pendientes y poner el vehículo a tres ruedas en un par de ocasiones.
La competencia se asustó cuando BMW anunció que el X1 sDrive18d tendría un precio de 29.700€; pero el xDrive23d parte desde 38.000€ – algo excesivo, no se puede negar -. Es algo más caro que el Volkswagen Tiguan, o que el Ford Kuga, pero más barato que el Audi Q5.
La lista de accesorios opcionales es interminable, pudiendo alcanzar a lo sumo una cantidad de 20.000€, con cantidad de detalles interesantes que no son de serie: sensor de luz y lluvia, entre otros. Es un coche, que cumple a la perfección las funciones para las que ha sido diseñado, identificado con un tipo de cliente muy concreto, y además ofrece una conducción más convincente que otros coches del mismo segmento.
Viene a cubrir un hueco difícil de identificar, y el tiempo dirá si tendrá éxito o no. Tal vez sea el coche de acceso de BMW a los modelos X, o un vehículo para mantener a clientes o satisfacer a hijos de clientes de BMW…
En definitiva, si adquieres este coche, vas a comprar un Serie 1 con tracción total – y las ventajas que ello conlleva -, pero será más alto, pesado, caro, menos eficiente, menos práctico e igualmente cómodo. ¿Merece la pena?: tú mismo.
- Motor: 4 cilindros twin-turbodiésel common-rail
- Peso: 1.670 kg
- Cilindrada: 1.995 cc
- Cambio: Automático-secuencial de 6 velocidades
- Potencia máxima: 204 CV a 4.400 rpm
- Tracción: integral
- Velocidad máxima: 205 km/h
- Precio: Desde 38.000€
- 0-100: 7.3 seg
- A la venta: Actualmente
- Consumos: Mixto: 6.3 l/100 km, Urbano: 7.8 l/100 km, Interurbano: 5.5l/100 km
- Rivales: Volkswagen Tiguan, Ford Kuga, Audi Q5, Land Rover Freelander, Honda CR-V
Prueba BMW X1 xDrive23d